Mapa de la Guerra del Chaco
Antecedentes de la Guerra
- Invasiones paraguayas: Ya en 1928 Paraguay comenzó las arremetidas en territorio del Chaco; en ese entonces el presidentes Siles entregó a naciones neutrales la solución jurídica del conflicto.
- Presencia de petróleo en el Chaco: Para muchos historiadores el petróleo y las compañías Standard Oil y Royal Dutch promocionaron esta contienda, pues la Royal Dutch perdió una concesión en Datos curiosos el sudeste de Bolivia, y la única manera de que volviera a su dominio era que cayera en manos paraguayas.
- Salamanca resumió su postura en relación a esta guerra con este enunciado: «Debemos pisar fuerte en el Chaco». Fue este deseo lo que lo llevó a creer que, a través de la guerra con el Paraguay, Bolivia podría lograr el primer triunfo internacional después de dos guerras perdidas, y consolidar así su identidad nacional.
- El presidente abstraído en esta idea, creyó poder organizar toda la guerra desde el palacio de gobierno en La Paz, lo que terminó una inadecuada planificación. Así, sin conocer el terreno, se envió a soldados del altiplano sin la correcta preparación ni los medios para subsistir.
- Para Salamanca el Chaco no fue más que un mapa en donde trazó rutas ideales de ataque, sin tomar en cuenta las características del terreno, el agua, ni la escasez de alimentos para los soldados.
Desarrollo
Avance del Ejército Boliviano
Al inicio de la guerra el ejército boliviano tomó los fortines Boquerón, Toledo y Corrales; el desconocimiento del terreno hizo creer a los soldados bolivianos que estos fortines eran puntos estratégicos, y subestimaron el ataque paraguayo.
Boquerón
El ejército paraguayo liquidó los avances bolivianos y se centró en el ataque de Boquerón (fortín en el que se concentraron las operaciones del comando boliviano). Durante 28 días 448 hombres estuvieron encerrados resistiendo heroicamente, además de la arremetida de más de 1 1.500 paraguayos, la falta de agua, comida y municiones; finalmente tuvieron que rendirse porque muchos ya habían muerto de hambre, sed y diferentes enfermedades, fruto de la situación lamentable en la que se encontraban.
Hasta los paraguayos sintieron admiración por estos héroes y su tenacidad, ya que cuando salieron del fortín Boquerón, el bando enemigo formó dos filas para verlos salir en silencioso homenaje.
Sin duda, lo ocurrido en Boquerón representó para Bolivia la máxima expresión de valor de sus soldados.
La derrota en Boquerón significó el derrumbe del sistema defensivo de Bolivia. El pueblo en La Paz exigía la renuncia de Salamanca, pero nadie quería hacerse cargo del país en esa situación; el presidente, por su parte, culpó al general Quintanilla por la derrota y mandó traer al general Hans Kundt.
Pese a los muchos cambios de jefes militares (debido a la decisión de Salamanca de conducir las operaciones desde su escritorio y generar así una relación tensa entre los militares y él) la guerra y la derrota de Bolivia se dio sobre el modelo de Boquerón; es decir, Bolivia ocupaba un fortín y los paraguayos lo rodeaban, cortando así toda comunicación y medios de subsistencia, hasta paralizarla y conseguir su caída.
El Corralito de Villamontes
Después de estas derrotas, el presidente Salamanca viajó a la zona de conflicto para destituir a Peñaranda y colocar en su lugar al general Lanza; esta acción no agradó a los asesores de Peñaranda. El 27 de noviembre de 1934 un grupo soldados, al mando del mayor Germán Busch, rodearon el alojamiento donde se encontraba el presidente, sus ministros y jefes militares.
En estas circunstancias Salamanca fue obligado a redactar y firmar su renuncia, al mismo tiempo que sentenciaba: «Éste es el único corralito que le ha salido bien al comando.
Por estas características este golpe de estado es recordado en la historia boliviana como «el corralito de Villamontes», porque literalmente se acorraló al mandatario y se lo forzó a dejar el poder.
Éste territorio era controlado por los bolivianos a la cabeza de Bilbao Rioja (1 935), razón por la cual los paraguayos no pudieron tomar esta región. La defensa de los bolivianos contaba con un ejército de casi 30.000 hombres armados con artillería pesada.
Fin de la Guerra
La Cancillería argentina, a la cabeza de Carlos Saavedra Lamas, fue la encargada de efectuar gestiones de paz en Brasil, Chile, Perú, Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Los cancilleres Tomás Manuel Elío de Bolivia y Luis A. Riart de Paraguay firmaron el cese de las hostilidades el 12 de junio de 1935.
Finalmente, el 21 de julio de 1938 se firmó en Buenos Aires el tratado de paz y límites definitivos con Paraguay, donde Bolivia perdió el Chaco Boreal.
En tan espantosa guerra sobresalieron por su actuación los militares Bernardino Bilbao Rioja, Manuel Marzana, Enrique Peñaranda, Germán Busch y Rafael Pabón.
El 16 de mayo de 1936 terminó la gestión del presidente José Luis Tejada Sorzano, (01/12/1934 – 16/05/1936) tras ser derrocado por un golpe militar encabezado por el general David Toro, quien de esta manera llegó a la presidencia el 22 de mayo de 1936.
Referencias
La información para este artículo fue obtenida de la siguiente fuente:
- Historia de Bolivia 6ta edición de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos D. Mesa Gisbert.
- Ciencias Sociales de Editorial Don Bosco
- Historia del Hombre de Editorial La Hoguera (Textos Escolares)
- Ciencias Sociales de Editorial Don Bosco
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Boliviapedia. (30 de julio de 2024). La Guerra del Chaco. https://boliviapedia.com/la-guerra-del-chaco/
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Autor: Boliviapedia
Fecha de publicación: 30 de julio de 2024
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